HISTORIA DE OBRAJILLO
En el
siglo XIV existieron culturas preincas en el margen izquierdo del río Canta
(actualmente río Chillón), sus habitantes, agrupados en ayllus (pueblos
viejos), se instalaron en las zonas más altas de los cerros. Algunos de estos ayllus
fueron: Yacos, Racas, Causso y Carcas. Más tarde los habitantes de Carcas
serían quienes conformarían el actual pueblo de Obrajillo.
En 1570, el Virrey Francisco de Toledo ordenó
que todas las poblaciones de indígenas establecidas sobre los 3000 m.s.n.m. se
trasladaran a zonas más bajas, con el fin de expandir su doctrina cristiana.
Más tarde, Francisco de Toledo dictaría la “Ordenanza de Reducción” por la cual
los indios que tuviesen sus comunidades bien organizadas, debían trasladarse a
zonas aún más bajas en donde se asentarían definitivamente. Carcas fue una de
aquellas comunidades. En un nuevo territorio, ubicado en la parte baja de la
margen izquierda del río Chillón, se construyeron iglesias y casas con techos a
dos aguas al estilo español y una serie de caminos de herradura y puentes. Fue
el 24 de Junio de 1775, cuando los españoles fundaron
en aquel lugar el pueblo de Obrajillo.
El
nombre Obrajillo es en realidad el diminutivo de “obraje”,
una actividad muy común en la época, por la cual los indígenas se veían
forzados a realizar trabajos y brindar servicios a los españoles. (Casquero,
2006: 17).
HISTORIA DE CANTA
En la zona
de Canta floreció la remota cultura de los Atavillos. Luego, a principios del
siglo XVI, fue dominada por el Inca Pachacútec durante su marcha hacia el
norte. Los conquistadores españoles hallaron en Canta una localidad próspera.
Fue entregada como encomienda a don Nicolás de Ribera, el Mozo. Durante la
campaña por la
Independencia de la corona española sus habitantes prestaron
un gran apoyo a la causa libertadora en la Batalla de Quiapata.
Este hecho sucedió el 2 de Mayo de 1821 en la Quebrada de Quiapata, cercana al pueblo de
Obrajillo. Un aproximado de doscientos montoneros, conocedores del terreno y dominio de altura, cogieron a los
realistas cuando atravesaban la estrecha quebrada, los atacaron desde lo alto
con disparos de fusil y haciendo rodar enormes piedras que generaban avalanchas
de tierra a su paso. Bajaron de las alturas luego para continuar con el ataque
logrando reducir a los realistas y capturando a varios prisioneros. Los
realistas perdieron en esta acción casi toda una compañía de infantería
La acción de
los “Morochucos”
fue tal que el Virrey La Serna
tuvo que enviar una división al mando de Ramon Rodil para apoyar las fuerzas
Ricafort y Valdez y llevarlos a Lima, siendo constantemente atacados por los
montoneros a todo lo largo del camino y sufriendo grandes bajas, Ricafort entró
a la capital en una camilla generando un gran temor entre la población al
ver por primera vez a un oficial realista de alta graduación tan gravemente
herido y temiendo que los "Morochucos" pudieran apoderarse de la
capital.
Existe un
monumento que conmemora esta victoria. Por estas acciones en el año
1839 Canta fue declarada "heroica villa". (Debe decir la Villa
de Obrajillo), pues dicho monumento se encuentra en el Pueblo de Obrajillo.
Otras de las
acciones patrióticas del pueblo canteño fue el Combate de Sangrar, realizada en
la hacienda de Sángrar durante la guerra del Pacífico, realizado 26 de junio de
1881
Canta cuenta con más atractivos, ya que tiene un pasado
que se remonta a los años 500 d.c. prueba de ello es el impresionante conjunto
de 450 figuras grabadas en piedra con motivos animales, vegetales,
antropomorfos, abstractos y geométricos, estos son llamados los Petroglifos de Checta y se
les puede ubicar a la altura del km 60 de la carretera a Canta.
Siguiendo
por la carretera se encontrará con un pintoresco pueblo que atesora la ermita
de piedra donde vivió Santa Rosa de Lima. También puede visitar el Complejo arqueológico de Cantamarca
a sólo 10 km al noroeste de la ciudad de Canta.
Complejo arqueológico de Cantamarca: A 10 km al
noroeste de la ciudad de Canta (1:40 horas a pie) La ciudadela preínca de
piedra y barro, ubicada sobre la cresta escarpada de uno de los cerros
tutelares de la ciudad a 3500 msnm, fue habitada por la etnia local de los
Atavillos (1100 d.C.) hasta que fueron sometidos por los Incas (1450). Sus
estructuras, habitaciones circulares, murallas y acueductos mantienen un buen
estado de conservación
EL COMBATE
DE SÁNGRAR
LOS PRELIMINARES
Producida la ocupación de Lima, luego de los desastres de San
Juan y Miraflores, el Presidente de la República, don Nicolás de Piérola, se ve obligado
a cambiar temporalmente la residencia de su gobierno y se dirige a la sierra,
camino de Ayacucho.
Siguiendo la quebrada
del río Chillón llegó a Trapiche y luego a la Villa de Obrajillo, donde dispuso la consigna de efectuar el reclutamiento de
voluntarios para organizar la resistencia. En Canta esta misión fue encomendada
al coronel don Manuel Encarnación Vento. En aquellos días (junio de 1881)
operaba en el interior del país el comandante don Ambrosio Letelier al mando de
las fuerzas expedicionarias chilenas. El comandante Letelier estando en Chilca,
se enteró de las actividades peruanas; inmediatamente hizo conocer al coronel
Lagos los preparativos de los "montoneros"; el documento cablegráfico
decía textualmente; ... en Canta el montonero Vento tiene trescientos hombres
bien armados, listos a unirse a las fuerzas de Paseo, sírvase comunicar por
telégrafo sus órdenes". Como respuesta, el general en jefe don Patricio
Lynch ordenó que la Divisi6n
Letelier se trasladase a la Hacienda Conocancha y luego a la de Sangrar, de
donde marcharían sobre Canta en su ruta de regreso a Lima
Pese
a que el nombre de la localidad es Sángrar, en Chile se le conoce como Combate de Sangra.
Expedición de Letelier
Entre
otros de los deberes encomendados, Letelier debía imponer cupos de guerra a los
pueblos a que llegara para contribuir al mantenimiento de la tropa. Este jefe,
sin embargo, transgrediendo las órdenes que tenía, ordenó cupos indebidos y permitió
que oficiales
subalternos también lo hicieran. El cometido de la expedición fue empañado por
los abusos de poder que tuvieron lugar en cada pueblo por donde pasaba la
división realizando saqueos, incendios, violaciones y asesinatos. Cuando el
Contraalmirante Patricio Lynch, ya
nombrado General en Jefe, se enteró de esta situación, ordenó de inmediato el
proceso de Letelier y dos jefes divisionarios y el retorno de la división a
Lima.
La
división de Letelier tuvo varios combates con fuerzas guerrilleras peruanas.
Además de las fuerzas peruanas que se organizaban en Junín y hacia Canta, también el Prefecto de Lima, coronel
José Agustín Bedoya, organizó algunas fuerzas para enfrentar a los chilenos.
El
21 de junio de 1881, se recibió en Canta una nota amenazante del Teniente
Coronel Letelier desde Cerro de Pasco a las autoridades de la
provincia de Canta, conminándolas a deponer las armas. Una junta de vecinos
determinó efectuar acciones defensivas con el Batallón Canta N°1, que estaba al
mando del coronel Manuel de la Encarnación Vento. Dos compañías del batallón
habían sido enviadas a Laraos, provincia de Huarochirí, a someter a los
guerrilleros que en ese lugar cometían algunos excesos permitidos por el
comandante Aparicio.
Para
proteger el repliegue de la división Letelier a Lima, el 20 de junio el
comandante Méndez envió desde Casapalca, una compañía del Batallón Buin 1º de Línea
para protegerla en su retirada, al mando del Capitán
José Luis Araneda al poblado de Cuevas, a
3 leguas
de distancia, en la provincia de Canta. Araneda fijó su campamento
en la hacienda Sángrar, de propiedad de Norberto Vento, padre del coronel
Vento, dejó 15 soldados al mando de un sargento en Cuevas, envió un grupo a
buscar reses y se quedó con 52 soldados en Sángrar.
Fuerzas enfrentadas
Las
fuerzas chilenas estaban conformadas por 78 hombres de tropa, 3 subtenientes y
un corneta, todos al mando del Capitán Araneda, en total, 83 hombres.
Las
fuerzas peruanas eran fuerzas del Batallón Canta N°1, incompleto, al mando del
Coronel Vento, más una partida de voluntarios que se unieron en el camino como
guerrilleros, al mando del subprefecto Emilio Fuentes, que sirvieron de
auxiliares. En el parte oficial peruano se menciona que el Canta N°1 contaba
con 100 hombres y los guerrilleros con 40 hombres, pero testimonios posteriores
elevan la cifra del batallón completo de 150 hasta 240 hombres. Las tropas del batallón Canta N°1
habían luchado en la batalla de San Juan y Chorrillos.
El combate
El
26 de junio
de 1881, cerca de la 1:00 pm,
la avanzada peruana se encuentra con una columna chilena de 7 soldados al mando
del sargento 2° Zacarías Bisivinger, la cual sorprenden con una desacarga de
fusilería por cada flanco escondidos tras grandes piedras. Los peruanos
eliminan estas fuerzas y toman como prisionero a un soldado herido, José
Sepúlveda, quien murió después.
Este
hecho alerta a los chilenos de la cercanía de las fuerzas peruanas. El Coronel
Vento pensó en pasar la noche donde estaba y atacar de madrugada a los
chilenos, pero se produjo el siguiente diálogo:
[Manuel Vento]: "Basta con lo hecho ya;
pasemos aquí la noche y en la madrugada bajaremos". [Nazario Igreda]:
"No señor, hay tiempo y ahora mismo nos vamos sobre ellos: sabemos que
ahora son 100 y los tomaremos de sorpresa; quizá mañana sea mayor el número y
entonces estaremos perdidos: Hoy o nunca" [Manuel Vento] "Hágase lo
que se quiere"
Vento,
quien conocía la hacienda de su padre, Norberto Vento, divide sus tropas en
tres secciones: una al mando del Teniente Marcos Icochea, otra al mando del
capitán Victoriano Calderón y otra la mando del propio Vento. El combate se
inicia a las 4:30 pm de la tarde.
Araneda
dividió sus fuerzas: él estaba en alrededor de las casas, y una fuerza al mando
del subteniente
Ismael Guzmán, estaba en unos corrales. Araneda envió 3 propios a avisar a las
fuerzas chilenas en Cuevas para que los refuerce, pero los dos primeros
murieron en el camino y sólo el tercero llegó a dar aviso, pero cuando el
destacamento de Cuevas fue a reunírse con el grueso en Sángrar, fueron
rechazados por los peruanos; sin posibilidad de mantener la defensa o de
reunirse con Araneda, se retira a Casapalca, donde había una guarnición
chilena.
Cerca
de las 6 de la tarde Vento ordena avanzar y tomar las posiciones chilenas. El
corneta de Bernardino Igreda anuncia el asalto a 300 metros acercándose los
canteños a las defensas chilenas. En la capilla, Juan Solano repica la campana.
En
Sángrar, la fuerza que le quedaba a Araneda resistía el ataque peruano pese a
la inferioridad numérica debido a lo favorable de la posición defensiva y a la
superior calidad y cantidad del armamento que portaban (debido a que se
encontraban con el parque que se iba a entregar a la expedición que venia del
interior) en relación a las fuerzas peruanas. Los heridos cargaban los fusiles
para aumentar la cadencia de fuego.
Después
de una hora de combate, Araneda se quedó con 12 hombres y sus oficiales,
mientras Guzman con no más de 10 hombres estaba en la capilla, que tenía techo
de zinc. Los peruanos le propusieron rendírse a Araneda, que contaba con 7
hombres y no podía reunírse con las fuerzas de Guzman, pero no lo hizo.
Llegada
la medianoche, las fuerzas peruanas recuperaron los 800 carneros que antes
habían tomado los chilenos y se retiraron con 2 prisioneros y 48 rifles Comblain
de las fuerzas chilenas. Los chilenos al mando de Araneda, que estaban
refugiados en una casa con techo de zinc, se mantuvieron en su posición hasta
la llegada de los refuerzos desde Casapalca.
Las
bajas chilenas fueron 24 muertos, 18 heridos y 2 prisioneros. Las bajas
peruanas, según Araneda:
No puedo precisar a V.S. el número de bajas del
enemigo, por haber llevado consigo éste durante la noche la mayor parte de sus
heridos y muertos Las
bajas peruanas son variables. Según el parte oficial de Emilio Fuentes, los
muertos eran 4 entre ellos el alférez Falcón, quedando heridos 2 oficiales y 3
soldados. Según el testimonio del capitán del batallón Canta Luis G. Escudero, las bajas,
entre muertos y heridos, eran 38 de la tropa y 3 de los voluntarios.